LA MUERTE

Que fea es la muerte, no la acepto, no me gusta, no la entiendo. Desde la primera vez que pasó cerca de mi la odié, se llevó a una de las personas que más quería, que mejor me había tratado y que más me daba. La segunda vez lo mismo, la tercera un poco más injusta porque fue con alguien de mi misma edad, de mis mismos gustos, de mi misma familia, de mi futuro, la cuarta y la quinta fueron a cuatro días de distancia, ya era tiempo pero me dolió, en esa ocasión la muerte se llevó a dos de las personas más buenas que conozco. Y ahora la muerte anda cerca y no quiero. Mi abuela que nunca fungió mucho como tal está cerca, pero me duele que se le acerque a la mujer que más quiero después de mi mamá, me daría en la madre, pero siento que está cerca y que mientras esté cerca no va a ser fácil. Por qué nací así, por qué no entender que uno nace, crece, se reproduce y muere y ya, frío, como tal, por que se me tienen que llenar los ojos de lágrimas al pensarlo. Necesito aprender a madurar esa parte, no podría vivir (o por lo menos eso pienso yo) si mi mamá, mi papá o mi hermano dejaran de estar cerquita, no quisiera vivir, aunque dice mi mamá que el día que tenga hijos pensare distinto… Ojalá, porque además me muero de ganas…

GENERACIÓN CRISIS

La generación X la definen para todas las personas nacidas en los 70s y que vivieron su adolescencia en los 80s. Es, sin lugar a dudas, una pena el nombre ya que viene de una generación que le cuesta trabajo tomar decisiones, que su yo interno viene antes que nada y donde los valores pierden, por raro que se escuche, valor.

La generación vulgarmente conocida como la Y, es aquella posterior a la X donde la tecnología y la homosexualidad fueron temas que marcaron nuevas tendencas.

Para mi la generación Y se debería de llamar Generación Crisis.

Si volteamos hacia atrás somos una generación tan acostumbrada a la crisis que pocas cosas nos espantan. Nacimos en una crisis económica que aún no ha terminado. Ataques terroristas, guerras, narco, inseguridad, desencuentros emocionales, etc. nos han marcado.

No está padre.

Desconozco como se llamarán las generaciones cuando, si es que algún día sucede, me atreva a tener hijos. No sé si vayamos en la AA (no estaría chido porque me remite instantaneamente a los alcoholicos anónimos) pero me encantaría que no fuera una generación donde impere el miedo como en la mía.

Miedo a un préstamo para una casa en donde no sepa si va a venir una crisis y coy acabando de pagar una mansión, miedo a que los intereses de la tarjeta suban, miedo al asalto, miedo a los actos terroristas, miedo a la incertidmbre, etc.

Y es que hoy me está empezando a pegar esa carga generacional que traigo conmigo.

Hace pocos minutos estaba viendo un video del homenaje a Mouriño, lloré, lloré como si fuera mi gran amigo. No lo era, lo vi escasas 10 veces. Pero en un momento su hijo más chiquito agarra con fuerzas la foto de su padre, “lo abraza” y comienza a llorar.

Yo creo en Dios, pero esas cosas no debieran suceder. No es justo y el mundo si lo debería de ser.

Quizá me pega porque un apersona muy apegada a mi murió de la misma manera, pero creo que más me pega porque de pronto pierdo la esperanza y me angustia que la situación no mejore…

Es en esos momentos donde uno necesita que lo abracen y le le digan que todo estará bien, aunque bien a bien no sepan cuándo…

VIDA DE PELÍCULA

Estoy leyendo un libro bastante bueno, y he de confesar que tengo el hábito de mientras leo subrayar y anotar a un lado lo que el escritor o mi subconsciente me hacen pensar mientras paso de palabra en palabra.

El día de hoy, en la antesala de una junta leí una frase que hoy me trae con la materia gris ocupada y luego cuando iba en el coche escuché otra que causó el mismo efecto (además de que estaba ligada a la primera). Decían más o menos así (el libro está en mi coche y mi memoria a corto plazo no es la mejor): “Si viviéramos conscientes todo el tiempo de la realidad nos suicidaríamos” y “No somos víctimas sino cómplices”. Fuertes las dos.

Todo esto me llevó directamente a un archivo secreto guardado en mi cabeza que siempre ha querido tener vida de película. Sí, por clichesoso y aspiracional que se escuche siempre he querido que me sucedan cosas como en las películas. Los grandes triunfos, las increíbles historias de amor, los super guapos, las extrañas coincidencias, los tiempos exactos, los maravillosos sueños, las fantasías de ensueño, las metas alcanzadas, etc.

La vida muchas veces es complicada (por no decir fea). Simplemente les cuento mi sábado: me desperté viendo una noticia en donde un sr. guardó a su hija en condiciones insalubres por más de 18 años en un cuarto porque la mocosa (en ese entonces) metió la pata. No fue suficiente el castigo sino que el sr. la violaba y tuvo 3 hijos con ella. Luego me dirijo a una interminable junta de trabajo (de 16 horas en sábado por qué no…) donde tuvimos que tomar decisiones desde seguir adelante hasta correr gente. Pasé a una llamada de preocupación de mi madre por el estado de mi padre y a otra de mi hermano por la tristeza que lo ampara la soledad porque lo tronaron. Justo antes de irme a dormir 60 seconds presentaba la historia de un hijo de una familia de 4 que decidió armar un plan para matar a su madre, padre y hermano. No le salió del todo bien el plan y el papá no murió. Para colmo el muchachito este no sentía la más mínima culpa y el papá aún así lo perdonó. Todo terminó el domingo por la mañana cuando me entero que tengo un tío travesti.

Conclusión; quiero vida de película.

Cómo le hago?

No sé. Me emocionan las películas en donde el malo ladrón tiene una causa y todos en la sala del cine lo apoyamos por más ratero que sea. Me encanta la sensación de felicidad cuando loa amores imposibles se juntan. Me duelen los cachetes de felicidad cuando el sueño más difícil se ve resuelto. La está típica historia a la broadway donde siempre encontramos un triángulo amoroso, un protagonista y un antagonista y un problema a resolver me agrada.

Le he dado varias vueltas y creo que tiene que ver con que me gustaría protagonizar una de esas historias y no darme cuenta que si fuera consiente quizá me suicidaría.

Tengo ganas de un príncipe azul, de ganarme la lotería, de seguir mis sueños en cuanto al trabajo y volverme cheff, de viajar a lugares desconocidos y de ayudar.

Quiero ser como Kate Winslet en el commercial de American Express… at 17 I went to prison for murder, by 19 I was pennyless and heartbroken, I almost drowned at 20, my mind started to go at 24, then I had my memory erased at 28, and by 29 I was in NEVERLAND. My real life doesn’t need any extra drama. That’s why…

Por eso quiero tener vida de película!