SOCIEDAD

Confesión: Hace un año era yo una empleada de una pequeñita agencia, hoy después de inversión de todo tipo soy “socia” de la misma pequeñita agencia. Osea, deña de una microminipartecita; lo raro es que ganaba más y me angustiaba menos cuando era empleada. Resultado; soy socia sin los beneficios de la sociedad (porque estamos en una “época difícil”) y deje de ser empleada con todo y sus beneficios. Valdrá la pena ser “socia” de algo así o será mejor ser “empleado”, de algo así puede ser también!

Qué hacer?

SOCIEDAD

Confesión: Hace un año era yo una empleada de una pequeñita agencia, hoy después de inversión de todo tipo soy “socia” de la misma pequeñita agencia. Osea, deña de una microminipartecita; lo raro es que ganaba más y me angustiaba menos cuando era empleada. Resultado; soy socia sin los beneficios de la sociedad (porque estamos en una “época difícil”) y deje de ser empleada con todo y sus beneficios. Valdrá la pena ser “socia” de algo así o será mejor ser “empleado”, de algo así puede ser también!

Qué hacer?

ALGUIEN CON QUIEN HABLAR

Me acostumbré a oír a ese alguien, me acostumbré a nuestros mensajes y a nuestras pláticas. Una costumbre buena (si es que existe) que sólo cuando realmente tuve tiempo para pensar frente al mar, con los pies llenos de arena y el cuerpo bronceado me di cuenta.

Que importante es tener a alguien con quien hablar así, de corazón a corazón, de alma a alma o menos cursi, de conciencia a conciencia. Creo que eso es un partner!

Y me puse a pensar con cuantas personas puedo hablar así, son pocas, poquísimas. Y no sé si es porque soy la “sinamigos” (jaja qué triste) pero siendo honesta conmigo me di cuenta de que realmente no cuento con muchas personas cercanas (y lo que cercano de verdad quiere decir). Pero no me agobió para nada, al contrario, me dio gusto darme cuenta de lo que esas pocas personas son capaces de provocar en mí.

En fin, es increíble poder hablar con alguien de lo que sea; desde lo que es la imaginación de cada uno hasta lo que le provoca al otro la situación de un país y otro.

Y bueno, como flor (para ustedes) creo que a todas las personas que yo les he contado de este mi (su) espacio, están dentro de ese minicírculo de personas con las que puedo hablar así…

ESPACIOS SINCEROS

Hoy tendré que hablar del Sr. Don Germán de nuevo. Ya lo considero mi cuate. Verán, en días pasados le comenté algo sobre un chisme político y mi frustración al respecto. El mismo día respondió a mi enfurecido mail (y a quién diga que tiene un séquito de secretarias, ni me hable, yo si creo que el papá del Bucles me contesto, con sus manitas, mi “quejamail”) y me iluminó la cara con una gran sonrisa. Aún habemos mexicanos con ganas de que este, nuestro país, prospere. Y ya pensándolo bien, no necesitamos a Fernando González; podemos postular a nuestro afable rector (ex) de la UNAM, a mi nuevo amigo Germán o a la reaparecida protagonista del mejor libro de Don Arturo Pérez-Reverte.

Y para que todos estemos en lo mismo, les platico la trama básica del librillo (una disculpa al escrito, del librazo mejor dicho, La Reina del Sur). Una mujer que se ha encontrado vinculada con personajes del narcotráfico constantemente y que se le rompe el corazón constantemente al ver desaparecer (morir) a sus amores; por ello ella decide tomar las riendas de su vida e iniciar ella misma el negocio ilícito del que posteriormente será víctima.

NOTA – A quién no acostumbre leer novelas pero sí el periódico cualquier similitud con la realidad es mera coincidencia (jaja). Por supuesto! O a poco le ven similitud con la recién capturada Reina del Pacífico. No muchachos, no se espanten, esto es México no … (chale qué país será más corrupto y surreal que nuestro México???) En fin, así es, hoy comprobamos que la realidad supera a la ficción. Tenemos frente a nuestros televisores, 8 columnas o amplitud modulada (dependiendo el medio) la segunda parte de la novela de Pérez-Reverte. Tranquilícese, véalo como un serie de televisión o como el siguiente capítulo, y así, a lo mejor hasta a usted se le ocurre el nuevo título de su primer novela. Hay arto material en las calles de esta bella ciudad.

Pero bueno, después de tanto desvío creo que comentaré que la razón para mencionar a Don Germán en este post es para aplaudir su sentido de “servicio a la comunidad” que presta por medio de su columna. En escasas dos semanas ya delató a la banda del metro, a la desaparición de Dania, la ineptitud de Aeroméxico y la desdicha del niño “nice” en Londres recién asaltado.

En vez de periódicos de medias tintas, deberíamos dejar que los columnistas sin miedo sean quienes dan línea editorial. Por qué no??? Sería bastante más realista, menos amarillista y sin ningún (aunque lo veo difícil después de un tiempo) proselitismo político.