CIRCLE OF LIFE

No hablo de la canción del Rey León, hablo de este ciclo de la vida donde los papás se vuelven los hijos, donde uno madura antes de lo debido, donde los de pronto duele y cuesta trabajo separarse.

Porque en el nacer, crecer, reproducirse y morir viene todo un bagage de relaciones de todo tipo, de cambios, etc. Es entre todo esto que uno va aprendiendo y madurando. Y de pronto uno ve con hijos o nietos como ese círculo de la vida comienza de nuevo. Es este camino de la vida de pronto con topes donde uno va, literalmente se va dando cuenta lo que esto de la vida es.

Hoy me encuentro en una etapa de mi vida –chale, de pronto pienso que le doy demasiadas vueltas a las cosas- donde me cuesta de cierta manera trabajo mi relación con mis padres y hermano. Y no porque sea mala sino porque me cuesta crecer a su lado y no saber como crecer sin ellos. He sido muy apegada y no he sabido cómo alejarme, razón por la cual de pronto sus problemas se vuelven mío, sus angustias las mías y sus pesadillas las comparto. Pero justo la etapa en la que estoy es aquella en la que me doy cuenta de ello y en la que ya no quiero entrar en el ir y venir porque también muero de ganas de vivir mi vida sin pensar siempre antes en los otros.

Mañana acompañaré a mi madre al doctor, así como ella acompañó a sus papás y a mi, ahora me toca a mi. Me encantaría siempre ser la hija, nunca dejar mi lugar y no tener que convertirme en la mamá. Me ha tocado una familia maravillosa y seguramente lo que me da tristeza es verlos débiles.

En fin, dejaré tanta incoherencia y me pondré a trabajar, creo que es de pronto un buen escape.

NOTA – Por curiosidades de la vida uno se entera de la el común denominador de la gente es megameticheyarmaconfusiones. Me caga!

NOTA 2 – No estés triste, te extraño y de verdad creo que el tiempo apremia!

INFIDELIDAD, PARA MI, NEFASTA

Antes que nada una disculpa por ser un tema, creo, tratado en diversísimas ocasiones, es algo que no logro entender, que no quiero superar y que quisiera fuera distinto.

Ayer tuve una plática con 4 hombres. A los 4 los conozco bien y creo que ellos me conocen y me quieren… Los cuatro coinciden en que el hombre no puede serle fiel a una sola mujer. Los cuatro coinciden en que aunque estés plenamente enamorado la tentación siempre es la tentación y siempre querrás ser infiel por lo que esa acción genera. Los cuatro han sido infieles. A los cuatro no les raya su mujer. Los cuatro han seguido la regla del tener que en vez del querer. Pero también ninguno de los cuatro se jacta de estar 100% feliz. Ellos dijeron que al único fiel que conocían era a uno, que también conozco, pero que no lo hacía por quererlo ser sino por miedo a serlo y a las consecuencias. Tienen el despecho de, además, burlarse del él. Dicen que “se lo traen en chinga”, que si “sus viejas” fueran como la de “él” ya la habrían “sacado a la calle”. Les pregunté que qué hubieran sentido de saber que su papá le era infiel a la mamá, que si su yerno le pintara el cuerno a su hija o que su esposa fuera adicta al sentimiento de infidelidad.

Lo que me pasa es que no se dan cuenta de lo que eso me afecta. De que sean tan “abiertos” que me digan eso, quitados de la pena. Me da tristeza, porque eso quiere decir que una de dos, o yo estoy mal (como dicen si el alumno reprueba a todos los alumnos el que está mal es el profesor y no los niños) en creer que eso sería diferente; o ellos se criaron en un ambiente muy jodido. Porque apoco ellos vivirían tranquilos si supieran que las mujeres dijeran que ellas no pueden ser fieles, que aunque estén enamoradas, que no están 100% felices ni satisfechas con su pareja. Llego a pensar que claro que las quieren cabronas.

SE BUSCA – Hombres que no piensen así y les ponga un estandarte; en la ciudad, en su casa, en su oficina, en el mundo y en los corazones de muchas!

FACEBOOK

Tengo miedo, literal, como dice el paisano chihuahuense, tengo miedo!!! El día de hoy estaba en pleno foro de reconocida empresa de tecnología y me empezó a aterrar todo lo que la famosa “red” puede hacer o deshacer por nosotros.

Me dieron ganas de borrar todo mi rastro que hay en la web, no contar con este espacio e incluso cambiar todos mis mails y contraseñas.

Es triste porque es un reflejo de la sociedad tan jodida en la que vivimos. Nunca me meto ni a Factbook ni a hi5, pero si tengo, no actualizo mi perfil pero si hay cosas que hablan sobre mi y más tengo este espacio que ya es más mío que antes y no lo quiero dejar… pero tengo miedo.

GENERACIÓN CRISIS

La generación X la definen para todas las personas nacidas en los 70s y que vivieron su adolescencia en los 80s. Es, sin lugar a dudas, una pena el nombre ya que viene de una generación que le cuesta trabajo tomar decisiones, que su yo interno viene antes que nada y donde los valores pierden, por raro que se escuche, valor.

La generación vulgarmente conocida como la Y, es aquella posterior a la X donde la tecnología y la homosexualidad fueron temas que marcaron nuevas tendencas.

Para mi la generación Y se debería de llamar Generación Crisis.

Si volteamos hacia atrás somos una generación tan acostumbrada a la crisis que pocas cosas nos espantan. Nacimos en una crisis económica que aún no ha terminado. Ataques terroristas, guerras, narco, inseguridad, desencuentros emocionales, etc. nos han marcado.

No está padre.

Desconozco como se llamarán las generaciones cuando, si es que algún día sucede, me atreva a tener hijos. No sé si vayamos en la AA (no estaría chido porque me remite instantaneamente a los alcoholicos anónimos) pero me encantaría que no fuera una generación donde impere el miedo como en la mía.

Miedo a un préstamo para una casa en donde no sepa si va a venir una crisis y coy acabando de pagar una mansión, miedo a que los intereses de la tarjeta suban, miedo al asalto, miedo a los actos terroristas, miedo a la incertidmbre, etc.

Y es que hoy me está empezando a pegar esa carga generacional que traigo conmigo.

Hace pocos minutos estaba viendo un video del homenaje a Mouriño, lloré, lloré como si fuera mi gran amigo. No lo era, lo vi escasas 10 veces. Pero en un momento su hijo más chiquito agarra con fuerzas la foto de su padre, “lo abraza” y comienza a llorar.

Yo creo en Dios, pero esas cosas no debieran suceder. No es justo y el mundo si lo debería de ser.

Quizá me pega porque un apersona muy apegada a mi murió de la misma manera, pero creo que más me pega porque de pronto pierdo la esperanza y me angustia que la situación no mejore…

Es en esos momentos donde uno necesita que lo abracen y le le digan que todo estará bien, aunque bien a bien no sepan cuándo…

LA SOCIEDAD JUSTIFICADA

Hemos sido educados bajo el concepto de la justificación. Siempre, desde chicos hemos aprendido a justificarnos; desde un pequeño retraso de tiempo hasta la imposibilidad de haber hecho lo que teníamos que hacer.

Triste pero cierto. No somos capaces de decir la verdad ni de actuar en base al valor que tiene nuestra propia voz. Y por esa poca consciencia hemos conseguido que nuestra voz no valga, que lo que digamos sea una posibilidad no una realidad y que cuando escuchamos a alguien decir algo siempre cabe la inmensa posibilidad de que no pase.

Todavía peor es que hemos utilizado la conocida creatividad del mexicano se han instaurado justificaciones y pretextos según el área de expertice.

Me dedico a la publicidad y mis pretextos se relacionan al arte; he utilizado desde que no hemos podido decidir entre cuál de las fabulosas ideas para presentar y por eso no estamos listos a tiempo cuando la realidad es que ni siquiera habíamos empezado hasta el típico retraso debido al tráfico insoportable de esta ciudad, pretexto utilizado por muchos.

El carpintero siempre puede utilizar la excusa de que el barniz no se seco por el clima, el diseñador que se fue la luz y se perdieron los archivos, el chef que salió mala la carne, el ingeniero que no fraguó a tiempo el concreto, el arquitecto que los albañiles se emborracharon en la noche, el abogado que en la delegación le detuvieron los papeles más tiempo de lo pensado, la abuelita que se siente mal, el niño que tiene gripa, el deportista que se lesionó, el escritor que la depresión lo dejó sin palabras, el biólogo que el microscopio no funcionó, la mamá que un hijo le impidió llegar a tiempo por el otro, el papá que tiene mucho trabajo, el actor que tuvo llamado, y así, miles y miles de justificaciones.

Qué asco. Por qué no podemos aprender a ser netos, sinceros, a decir el por qué sí o por qué no pudimos o no hacer algo.