LAS MARAVILLAS DE LA VIDA

Es increíble, cómo de pronto, en un día cotidiano los polvitos mágicos que normalmente tenemos encerrados en cajitas hacen todo tipo de esfuerzo por salir, por mostrarse ante el mundo y porque de pronto creamos, de pronto tengamos un poquito más de fé, en algo, en lo que sea…

Ayer mis ojos (y mi alma completa) se sorprendieron una vez más y todo con un té. Un té Chino, que guarda una sorpresa de cuento dentro de él. Tan sólo basta poner el ingrediente en una teterita de cristal y la magia comienza… les dejo la sorpresa para que algún día lo intenten. No se angustien no tiene que ver con el sabor, los efectos psicotrópicos o alucinógenos del mismo, tiene que ver con la magnífica capacidad del hombre de aún, milenios después de su existencia (la del hombre y la del té) continúe sorprendiéndonos.

Es una de las maravillas de la vida, o de la vida del ser humano, una capacidad que nunca deberíamos de perder, el asombrarnos con las cosas, y no necesariamente con que siempre sea más, sino con cosas pequeñas que ocurren en espacios pequeños –como lo que ayer me sucedió en la teterita del té-. No perdamos esa capacidad porque es necesaria y recuperarla no suele ser tan sencillo.

La capacidad de saber hasta dónde, de sonreírle de regreso a un niño que sabemos vive en la calle, de admirar una obra de arte, de escuchar música –cualquier tipo de ella- de sentir un beso, de que lo barato y sencillo sea lo interesante, que un buen anuncio te puede alegrar la tarde, que una buena acción callejera pueda hacer el día más interesante, que un viaje no sea uno más sino Uno, que un regalo tenga significado y que nunca sea caben las listas que citan aquellas razones por las cuales nos seguiremos sorprendiendo.

SEÑORA… DE LAS CASI 3 DÉCADAS

En los últimos días varias personas me han llamado Señora. Lo detesto. Pero pensándolo bien, creo que ya estoy más pallá que pacá. La edad es una de las razones; la otra es que en lo últimos días habité en un hotel. Razón por la cual cada vez que le marcaba al conserje, operadora, servicio a cuarto o lo que fuera contestaban sin equivocarse: “Buenos días –tardes o noches según fuera el caso- Sra. ____ en qué puedo servirle”. Lo irónico es que incluso a cualquier hombre que estuviera conmigo –ahh jaja y no lo digo paque se me preocupe y diga que andaba con otros hombres jaja- le llamaban Sr. _____; así que no sólo le pusieron mi apellido a otros y los hicieron de mi pertenencia sino que ya tengo el título honorable de Sra. ganado. Chale. No me gusta. Me hace sentir vieja. Peor aún si amable señorita me comentó que con tanto sol mi vida mutante a pasa –si, las de la uva- venía a miles de kilómetros por hora a alcanzarme. Chale de nuevo. No quiero ser señora así que le pido a quien amablemente lea este post que me diga siempre señorita, sea o no, me hace sentirme más joven y jovial.

Pero bueno, debo aceptar algo antes de terminar dicha aclaración, el término me choca pero hoy –ya de regreso a mi natal ciudad de altura, no por la gente sino por los mts sobre el nivel del mar, llena de tráfico y con harta contaminación- me pase una tarde, o día de mismísima Señora. Me dormí una siesta por la mañana, desperté, me puse a cocinar, comí con la familia completa, disfrutamos la sobremesa, volví a dormir y ahora justo me dispongo a ver una película. Quien fuera Señora los 365 días del año!!! Jaja!!! Bueno, no los 365 pero si un día a la semana no me caería nada mal.

Tengo ganas de irme de vacaciones, no tengo llenadera!!!

DEFECTO / CUALIDAD

Ok, empecemos por las definiciones de un diccionario que no se si sea muy bueno, lo que si es que pesa como 3 kilos.

Apasionado (a) – Adj. Con carácter de pasión. 2. Dícese de las personas que sienten entusiasmo por algo o son por temperamento inclinados a apasionarse.

Pasión – n. M. Lat. (passionem) Inclinación impetuosa de la persona hacia lo que desea. 2. Emoción fuerte y contínua que domina la razón y orienta toda la conducta. 3. Objeto de este intenso sentimiento. 4. Afición exagerada. 5. Mús. Oratoria basada en el tema de la Pasión de Cristo. 6. Rel. Conjunto de los acontecimientos de la vida de Jesucristo, desde su detención hasta su muerte. 7. Especialmente amoroso, arrebato pasional.

Ahora bien, siempre he creído que algo que me caracteriza es mi pasión para hacer y vivir. Me apasiona mi trabajo, tanto que puedo defender una idea hasta la muerte y trabajarla durante más de 48 horas continuas. Me apasiona en lo que creo hasta ir al zócalo a expresarlo o discutir hasta con mi abuelo si fuera necesario. Me apasiona hacer de cada día uno especial porque así me siento viva. Me apasiona amar porque ese sentimiento me da razones de vivir y dar vida. Me apasiona ser apasionada (ja!) porque me da la oportunidad de vivir intensamente.

Pero la pasión también duele; porque cuando se torna hacia sentimientos un poco más negativos, estos se vuelven verdaderamente intensos. Y ahí es cuando se convierte en defecto.

Últimamente sufro de ambas… pero bueno, eso me hace sentir viva.