CRISIS DE CRISIS DE CRISIS DE CRISIS

Eso fue lo que escuché el día de hoy al subirme al coche, en menos de 365 días hemos sufrido, el común denominador de los mexicanos por lo menos 4 crisis. Crisis de inseguridad, crisis económica, crisis pandémica y ahora una crisis emocional. Sin lugar a dudas las generaciones nacidas desde la postguerra hasta la fecha hemos sido víctimas de distintas crisis, de hecho nuestro pensamiento ya se origina desde la misma y por ende todas nuestras acciones y decisiones. Será que algún día esto irá a parar?

COMO TE VEN TE TRATAN

Es triste pero es cierto, vivimos en un mundo en donde las apariencias suelen importar. De hecho vivimos en un mundo donde las apariencias son tan importantes que te pueden ayudar a conseguir un trabajo, a perderlo, a conseguir una novia, a perderla o incluso ayudan o perjudican a que uno pueda mentir con facilidad…

Sé que para muchos (no me incluyo porque ahora me explicaré) las apariencias son tan poco importantes que las sienten banales. Eso puede ser totalmente cierto en unas ocasiones pero no en todas. Como platicaba hoy con alguien especial si llega un “Director” la gente por lo menos asume que tendrá 2 que 3 canitas o que vestirá camisa, traje o barba. ((justo estoy trabajando en una campaña para un banco donde intentamos “matar” ese tipo de paradigmas tan arraigados en nuestra cultura)) También si un rockero sale de traje y peinadito con mucho gel pues podríamos decir que el audio no macha con el video pero creo que el fondo está en el que es muy probable que tengamos hechos en nuestra cabeza una serie de prototipos tan limitados que nos preocupa salir de ellos porque eso nos tendría que volver una sociedad más flexible, cosa que nos llevaría aún varias décadas de maduración para poder presumirlo. Todo a pesar de que vivimos en un mundo cada día un poquito más global en donde vemos a Sergei Brin uno de los hombres más ricos del mundo siendo CEO de su empresa vistiendo jeans rotos, tenis Adidas y una playera con algún mensaje curioso. Lo que pasa es que también tenemos a personajes tipo “Marco” a quienes les preocupa tanto el exterior (quizá porque por dentro hay muy poco, no se, no quiero asumir) que su espacio (único?) para marcar un statement de sabiduría, poder adquisitivo, altura, envergadura, etc. son los zapatos que claramente se les ve la hebilla de Ferragamo, el cinturón de la H o la G, la tarjeta negra de American Express, so on and so forth.

Las apariencias de las que yo habló quizá no tienen todo que ver con la ropa sino más bien con lo que uno refleja hacia el exterior de lo que es uno por dentro o tan siquiera una parte de uno por dentro. Y si, la primera impresión se remite a la vista, a esa apariencia que uno refleja hacia fuera. Es curioso pero cuando uno está enamorado todos nos comentan que nos vemos bien, mejor, con más vitalidad y alegría, en este caso nada tenía que ver la ropa pero probablemente como nos sentimos tan bien por dentro pues estamos en el gimnasio, comemos sano, nos arreglamos y eso hace que el conjunto sea mucho mejor. También lo debemos de hacer por uno mismo, por ahí alguien muy increíble dijo que no sólo es para el exterior sino para que uno se sienta a gusto con uno mismo, y eso es lo más importante, por eso cuando vas a una boda a pesar de que es de hueva el vestido, el salón, los tacones y demás, es padre verse bien. Es padre verse guapo para una junta o para una simple paseada en la Condesa.

Apoyo que la gente se vista bien, apoyo las camisas de cuadritos morados con blanco, los zapatos raros y no me importa si son de la familia tal o cual, lo que esta chido es que la gente se cuide (pampered?) y se consienta, que se vea al espejo y diga, “Yo a mi si me gusto jaja”, es una buena manera de empezar el día. Al contrario de que si nos ponemos unos pants, no nos peinamos, ni bañamos… ese comentario difícilmente saldría. Chale, ya me sentí banal jaja. Pero no, espero haber podido reflejar mi punto. Apoyo a los guapos, y no porque lo sean bajo las reglas de la estética universal, sino a los que se ven guapos porque encuentran su personalidad dentro de los paradigmas de la sociedad un tanto cuanto limitada. Apoyo a la gente que le echa ganas a verse bien porque eso los hace sentirse bien también. Y apoyo a los que a pesar de los paradigmas le echan ganas a si mismos sin caer en lo de siempre.

Pero sobre todo apoyo a la gente que se para por sus principios, aquellos quienes nos sorprenden a pesar de su buena o mala apariencia, tratemos a la gente por como es.

LAS MARAVILLAS DE LA VIDA

Es increíble, cómo de pronto, en un día cotidiano los polvitos mágicos que normalmente tenemos encerrados en cajitas hacen todo tipo de esfuerzo por salir, por mostrarse ante el mundo y porque de pronto creamos, de pronto tengamos un poquito más de fé, en algo, en lo que sea…

Ayer mis ojos (y mi alma completa) se sorprendieron una vez más y todo con un té. Un té Chino, que guarda una sorpresa de cuento dentro de él. Tan sólo basta poner el ingrediente en una teterita de cristal y la magia comienza… les dejo la sorpresa para que algún día lo intenten. No se angustien no tiene que ver con el sabor, los efectos psicotrópicos o alucinógenos del mismo, tiene que ver con la magnífica capacidad del hombre de aún, milenios después de su existencia (la del hombre y la del té) continúe sorprendiéndonos.

Es una de las maravillas de la vida, o de la vida del ser humano, una capacidad que nunca deberíamos de perder, el asombrarnos con las cosas, y no necesariamente con que siempre sea más, sino con cosas pequeñas que ocurren en espacios pequeños –como lo que ayer me sucedió en la teterita del té-. No perdamos esa capacidad porque es necesaria y recuperarla no suele ser tan sencillo.

La capacidad de saber hasta dónde, de sonreírle de regreso a un niño que sabemos vive en la calle, de admirar una obra de arte, de escuchar música –cualquier tipo de ella- de sentir un beso, de que lo barato y sencillo sea lo interesante, que un buen anuncio te puede alegrar la tarde, que una buena acción callejera pueda hacer el día más interesante, que un viaje no sea uno más sino Uno, que un regalo tenga significado y que nunca sea caben las listas que citan aquellas razones por las cuales nos seguiremos sorprendiendo.