Cuántas veces hemos escuchado esa frase; desde el día en el que íbamos en prepa y una compañera “metía la pata” y cuando unas empezaban a juzgar otras decían, pobre, tu no sabes qué harías, uno nunca sabe hasta no estar ahí.
Cuántas veces criticaron al señor que se quedó sin chamba y lo perdió todo, cuántas a la chava fácil que andaba con el casado, cuántas a la hija que no quiere mucho a su mamá por cosas del pasado, cuántas a la chava que no quiere tener hijos, cuántas a los que se divorciaron, vivieron “arrejuntados” o se llevaban del carajo.
La verdad es que uno nunca sabe, y es completamente arrogante hablar de ellos u opinar ya que como dicen “más rápido cae un hablador que un cojo”. Yo he caído. Y las vidas y las circunstancias son completamente distintas y por ello tienen razones y camino totalmente opuestos.
Y ojo, no tiraría la famosa piedra de Jesús –que tire la piedra el que jamás haya pecado- porque lo he hecho y lo he hecho varias veces; pero causa en coraje especial aquellas personas que su hobby número uno es el buscar siempre en el otro y no en uno. No se si sea una incapacidad de introspección por miedo a lo que vayan a encontrar ahí, lo que si es que no entiendo que no perciban el daño que le pueden hacer a un tercero. Que no tienen una vida que cuidar, de la cual estar pendientes y atesorar?
Por alguna razón –si se cual es- hoy pensaba en los divorcios y en la gente que una de dos o es producto de ello siendo hijo, padre, madre o propio protagonista o en aquellos(as) que por alguna razón entran en contacto –emocional- con alguien del primer grupo.
Es complicado y es muy distinto a a)entrar en contacto con alguien viudo, b)entrar en contacto con alguien que nunca ha tenido pareja o c)entrar en contacto con alguien que tiene pareja.
A mi me cuesta trabajo, en el caso de las personas que entran en contacto emocional con alguien divorciado, el ubicar dónde queda la persona anterior, la “otra”. Porque a)no murió y se convirtió en un santo héroe que no tiene la capacidad de regresar, b)es una realidad que sí existió alguien con quien se intentó todo y más o c)está perfectamente delimitado qué se puede y qué no y para dónde. Me cuesta trabajo no sólo porque existen muchas cosas detrás de la “historia” sino porque en la mayoría de los casos hubo alguien que quedó más dolido, alguien que quería seguir intentándolo, alguien que hubiera querido hacer sus sueños realidad con el otro. Será como cuando “cortan” los novios? Será que ya no importa “el otro” después de un tiempo? O será que siempre está ahí?
Uno nunca sabrá hasta no estar ahí, como el otro nunca sabrá hasta no estar en nuestro lugar. Algún día alguien me dijo que no podía ponerse en mis zapatos, no por no querer sino porque uno nunca sabe hasta no estar ahí….