MARCHÉ

Lo hice por varias razones. He sido victima más de 5 veces de la inseguridad de esta ciudad. La peor, acabe golpeada y dentro de una camioneta. Hoy lo puedo contar pero sigo aterrada. Me detengo 15 metros antes del coche de enfrente por si viene alguien tenga espacio para moverme, ni de chiste bajo la ventana, no camino por la calle, no confío en la gente extraña, no voy al cajero en lugares abiertos, volteo al retrovisor constantemente para que nadie me esté siguiendo, me dan miedo los policías y añoro con vivir en otro país. Otra razón es porque a pesar de que sueño con vivir fuera, creo que es un país que tiene todo para salir adelante, creo en el y creo que pudiera, si todos, incluyendo gobernantes, mafiosos, dinosaurios y demás animales quisiéramos. Estando fuera he extrañado mi país como nada, probablemente más a su gente, pero como dice la canción, este es mi país esta es mi gente… También fui por mi abuelo (q.e.p.d.) porque fue hijo de un cristero asesinado, porque inició con sus creencias un movimiento universitario y porque el día que vió a un partido al acostumbrado en el poder lloró por primera vez en su vida, ya todo había tomado destino. Y finalmente fui por mi, porque no podñia quedarme callada. Ahora creo que ese silencio no sólo existe por no ir a la marcha, sino alpasarme un alto, al mentarle la madre al de enfrente, al pensar que puedo “ahorrarme” el estacionamiento si “consigo” el sello, etc. Me encantaría creer que puedo llegar a ver los efectos de un México mejor, me encantaría un día llorar por la misma razón que mi abuelo.