ALGUIEN CON QUIEN HABLAR

Me acostumbré a oír a ese alguien, me acostumbré a nuestros mensajes y a nuestras pláticas. Una costumbre buena (si es que existe) que sólo cuando realmente tuve tiempo para pensar frente al mar, con los pies llenos de arena y el cuerpo bronceado me di cuenta.

Que importante es tener a alguien con quien hablar así, de corazón a corazón, de alma a alma o menos cursi, de conciencia a conciencia. Creo que eso es un partner!

Y me puse a pensar con cuantas personas puedo hablar así, son pocas, poquísimas. Y no sé si es porque soy la “sinamigos” (jaja qué triste) pero siendo honesta conmigo me di cuenta de que realmente no cuento con muchas personas cercanas (y lo que cercano de verdad quiere decir). Pero no me agobió para nada, al contrario, me dio gusto darme cuenta de lo que esas pocas personas son capaces de provocar en mí.

En fin, es increíble poder hablar con alguien de lo que sea; desde lo que es la imaginación de cada uno hasta lo que le provoca al otro la situación de un país y otro.

Y bueno, como flor (para ustedes) creo que a todas las personas que yo les he contado de este mi (su) espacio, están dentro de ese minicírculo de personas con las que puedo hablar así…

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