Ayer alguien me hizo un comentario de mi blog que no me cayó en gracia. Y no porque éste fuera descortés o imprudente; al contrario; sino porque me quería proteger. Pero tengo una capacidad muy reducida para la crítica y las ordenes. Es algo en lo que debo trabajar. Pero algo sí me hizo pensar; será que si cuando uno escribe aquí ya es del total dominio público; será peligroso? Ojala y no porque me gusta, creo que he llegado a intimar mucho con mi blog.
Supongo que siempre causa miedo abrir el corazón (o en tu caso, la libreta verde) y dejar que cualquier persona sepa lo que ahí hay. Más porque el grueso de la población no entiende la responsabilidad tácita que implica aceptar conocer lo que alguien más siente o piensa. O porque esas personas no saben el peso de abrir su corazón y regalarlo sin condiciones. ¿Quién no ha dicho lo que siente secretamente a esa (e) enamorada (o) y se tira al drama porque resultó que no es correspondido? Como si la otra persona tuviera la obligación de vivir también en un cuento de hadas… Para lo que valga me gustan los atisbos de tu libreta verde que nos regalas.