Me acuerdo cuando de chica mi mamá me mandaba a pensar a mi cuarto; o peor aún, cuando te mandaban al baño, había menos posibilidades de acción porque si te animabas a experimentar el regaño post-encierro era grande! En el cuarto lo que normalmente hacía era “ordenar”; por no pensar jaja! me subía a mis repisas (estaba aún más chiquita que ahora) y tiraba (literal) todo al piso. Ya con todo en el suelo; empezaba a subir cosa por cosa. Y ahí, mientras ordenaba, era cuando “pensaba”. Nací dramática. Lloraba y lloraba hasta que finalmente “pensaba” y “reflexionaba”; justo lo que mi mamá había intentado. Para ella, prueba superada. Para mi, un mal rato. Normalmente terminaba en una disculpa (a mi hermano casi siempre) o una reingeniería (hacer algo de manera diferente).
Hoy estoy en un momento de “ir a pensar a mi cuarto”. Nadie me mandó, yo sola abrí la puerta y allá voy. A pensar y reflexionar. Ojala y también esta vez termine en disculpa o acción. Ojala!
O+I